“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia», dijo este martes el Papa Francisco en su primer discurso en Chile, desde el palacio de La Moneda.

“Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir», agregó.

La cita, pronunciada ante la presidenta de Chile Michelle Bachelet, fue aplaudida por las cerca de 700 personas que estaban en ese momento en uno de los patios de la Casa de Gobierno en Santiago.

Unos días antes de la legada del papa a Chile una ONG publicó un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales a menores de edad en el país suramericano.

Además un grupo de laicos de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, piden la destitución del obispo Juan Barros por sus vinculaciones con el encubrimiento de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima, considerado en febrero de 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales.