«Para Brasil la vía militar nunca fue una opción»
El vicepresidente de Brasil lideró, al menos públicamente, el bloque de países del grupo de Lima que el lunes rechazaron la posición de Estados Unidos, Colombia y del golpismo venezolano de invadir militarmente a Venezuela para provocar una acción violenta que acabe con la revolución bolivariana.
Como ya lo había adelantado a la prensa dos días antes de la reunión de este lunes en Bogotá, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, descartó durante el plenario la posibilidad de una intervención militar.
La posición pública del segundo de Jair Bolsonaro reafirma el pensamiento del sector al que representa, los altos mandos militares brasileños, y atenúa una vez más las posiciones del jefe de Estado, alineadas sin matices a Washington y a Israel.
Mourao, general retirado del Ejército brasileño, admitió en la reunión de cancilleres del lunes que Brasil acompaña al grupo de países que no quieren ser «juzgados por la historia como agresores, invasores y violadores de las soberanías nacionales».
Brasil -dijo- cree «firmemente» que es «posible devolver a Venezuela al concierto democrático de las Américas sin cualquier medida extrema que nos confunda con aquellas naciones que fueron juzgadas por la historia como agresores, invasores y violadores de las soberanías nacionales».
Mourao pidió «presión diplomática, política y económica» para que Nicolás Maduro sea obligado a dejar el poder pero aclaró que «para nosotros la militar nunca fue una opción. Abogamos por la no intervención».
También reafirmó que «Brasil no considera en ninguna hipótesis» la posibilidad de que se le permita a Estados Unidos utilizar el territorio venezolano para una eventual intervención militar.
Brasilia -dijo- trabaja para evitar que la crisis se convierta en un conflicto regional y explicó que cualquier presencia militar extranjera en Brasil debe contar con la autorización del Congreso nacional.
En entrevista con GloboNews, afirmó que el Gobierno de Jair Bolsonaro «simplemente no puede» permitir el ingreso de las fuerzas de forma unilateral y aclaró que «la mayoría» de los funcionarios cercanos al presidente comparten esta postura.
Esta posición expresada este lunes por Mourao marca un nuevo giro en cuando a la posición de Brasil sobre sus alianzas militares con Estados Unidos.
Apenas asumió Bolsonaro, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, confirmó al diario Estadão de San Pablo, que el nuevo presidente brasileño le ofreció instalar una base militar en el país.
Unos días antes, el mandatario ultraderechista dijo en su primera entrevista televisiva que “podría evaluar en el futuro” la instalación de una base y no reconoció ya haberlo hecho.
En estos casos, como en otros, el vicepresidente de Brasil representa la política dura de los militares brasileños que no siempre coincide con Bolsonaro.
A comienzos de la gestión de Gobierno, en enero pasado, Mourao bajó la intensidad de la impronta guerrerista de Bolsonaro y otras cuestiones China y el Mercosur, en las que el mandatario se mostraba rupturista.
Lo mismo sucedió cuando Mourao pidió cautela en el caso de Israel, país por el que el presidente profesa una admiración sólo comparable con la que mantiene por Trump.
Hace unos meses, en oportunidad de denunciar las amenazas de guerra que se cernían sobre Venezuela, el presidente Nicolás Maduro afirmó que Bolsonaro quiere la guerra pero agregó: «me cuentan, de buena fuente, del otro lado de la frontera, que los militares brasileños no quieren guerra con Venezuela, no quieren derramar sangre».
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