Paraguay: Retomar el ritmo de trasplantes, un desafío en plena pandemia
13 julio, 2021
category: DOCUMENTOS, PARAGUAY
Por Jorge Zárate
La actividad venía creciendo los últimos años y sufrió un parate, pero los especialistas esperan que la vacunación ayude a realizar nuevas intervenciones. Los testimonios ayudan a comprender la importancia de la donación de órganos. El caso de los casi 3 mil pacientes renales que se dializan y necesitan un riñón es el ejemplo principal. Aquí un repaso a la actualidad del tema en el país a propósito de la semana del Trasplante que concluye en la fecha.
“Volví a nacer, puedo disfrutar de mi familia y mi seres queridos, verle crecer a mis hijos y acompañarles como papá y llevar una vida casi normal”, cuenta Alberto López que desde hace casi 3 años tiene un nuevo corazón.
Hoy recuerda aquel día en que fue a pedirle a la beata Chiquitunga por su salud y en la pronunciada rampa de salida del oratorio sufrió un desvanecimiento. “Me dio un paro cardíaco y el cardiodesfribilador que tenía me dio como 4 shocks eléctricos… me llevaron al San Jorge, donde me estaban esperando, me asistieron y me pude recuperar.
Estaba al borde de la muerte, los médicos que me trataron hicieron un trabajo fabuloso, me asistieron muchísimo con mucha fe y esperanza en Dios y la virgen.
En ese momento era inalcanzable y tal es así que se hizo una campaña “Corazón para Papá Alberto” que tomó dimensión nacional… hasta que apareció una familia que me donó el corazón haciéndome un regalo maravilloso… Me devolvieron la vida”.
Lo hace agradeciendo a su “ángel donante” y pidiendo a la gente que tome conciencia del inconmensurable valor de la donación de órganos.
Concluye hoy 11/7 la Semana del Trasplante, por ello estuvo el Palacio de López iluminado de verde, en virtud de que el 9 de julio de 1996 se hiciera el primer reemplazo cardíaco gracias al gesto de Marco Aurelio Aguayo Rodríguez, primer donante cadavérico.
Desde entonces esa fecha es conmemorada como el “Día Nacional del Trasplante”, en una actividad que fue creciendo hasta la llegada de la Pandemia del Coronavirus que la frenó de manera intempestiva.
En el 2019 se hicieron unos 200 trasplantes; en 2020 las intervenciones se redujeron a menos de un centenar, en tanto que este año apenas se hicieron unas 40.
Gustavo Melgarejo es el director del Instituto de Ablaciones y Trasplantes (Inat) y centra sus esperanzas en que la vacunación anti Covid 19 ayude a retomar el buen ritmo que se venía teniendo.
Nelson Arellano, es cirujano especializado en trasplantes y resume la situación en una frase: “Estamos en punto muerto, hay poca donación y no pudimos hacer ningún trasplante de hígado”, relata. “Seguimos evaluando los pacientes para probables trasplantes, los ponemos en lista de espera, tenemos esperanza en que la vacunación ayude”, dice.
Este año se lanzó la campaña “Hablemos del trasplante. Compartamos el mensaje de la esperanza” como manera de reactivar la donación de órganos que sufrió una extraña retracción.
La “ley Anita” establece que todo ciudadano paraguayo es donante en tanto no manifieste oposición por escrito y en caso de menores de edad sólo con autorización de los padres.
A pesar de ello, la gente sigue siendo reticente a este hecho solidario en gran medida por el miedo que el flagelo del tráfico de órganos instala en la población, situación difícil de superar en el imaginario popular, aunque los especialistas aseguren que es muy difícil de practicar a gran escala como se presume.
Cambio de paradigmas
Melgarejo considera que se hace necesario que el sistema público de Salud “priorice el trasplante”.
Lo explica con los enfermos renales, el desgaste que significa el proceso de diálisis, para el paciente, para su familia, para las arcas públicas.
Más de 2800 personas se dializan en el país y en lista de espera para trasplantes hay sólo 52 pacientes.
“Tuvimos una reunión con pacientes de diferentes hospitales para hablar sobre el acceso a los trasplantes. Queremos que Salud instaure que sea prioridad para los enfermos renales porque tiene muchos beneficios para el paciente, como una menor restricción alimentaria y para todo el sistema es más barato sostener un trasplantado”, expuso.
Sostiene a su vez que es importante trabajar en la formación de los médicos tratantes, ya que “nunca se priorizó el trasplante como tal, hay pacientes que hace 5 o 7 años que están en diálisis y el propio profesional de la salud no le recomienda.
Por eso insistimos en tener una red de coordinación hospitalaria donde los médicos sean parte del proceso, para garantizar tanto las condiciones médicas como tecnológicas.
Tenemos que cambiar la política, hay gente en el interior que tiene que venir de lejos para la diálisis, con el consiguiente desarraigo social, y económico”, relata.
Cuenta Liz Mariela Galeano: “Mi hijo es trasplantado. A los 10 años le habían detectado una enfermedad de base: síndrome nefrótico. Hizo el tratamiento con Marlene Martínez Pico que fue su nefróloga, hasta que llegó a una insuficiencia renal crónica…habíamos ido a Argentina en busca de estudios, somos del interior, de Santaní”
Hace 4 años que Pablo Sebastián Ibarra Galeano, que hoy tiene 18 años, recibió un trasplante de riñón. “Prácticamente volvió a nacer, porque él tenía que estar conectado a una máquina de diálisis, día de por medio viajábamos al Hospital Central del IPS. Nuestra vida fue un caos, se tenía que conectar 4 horas todos los martes jueves y sábado”, recordó.
Estuvo durante 1 año y 11 meses conectado a la máquina, viajando 150 kilómetros día de por medio. “El sacrificio era enorme, él estaba dializándose de 6 a 10 y luego volvíamos a casa. Llevaba una vida muy triste porque no tenía tiempo para estar compartiendo con sus amigos o compañeros de Colegio“.
Gracias a su nuevo riñón hoy “lleva una vida normal, terminó sus estudios y luego pasó al probatorio de la universidad, ingresó y está siguiendo, culminando el primer año de administración de empresas. Quiero agradecer a las personas que estuvieron apoyándonos, no fue fácil, pero tampoco imposible.
Quiero dar un mensaje de donar órganos es salvar vidas, no dejemos que vayan al cielo, dejemos que queden en la tierra para ir dando mejor calidad de vida a personas que están en lista de espera y los aguardan con ganas de seguir viviendo”, pidió la agradecida madre.
Basílica Mora es la mamá de Doris Bobadilla, una niña trasplantada de riñón. “Nos cambió la vida, todo gracias a una persona que pensó en los demás. Estamos muy agradecidos, muy contentos, muy felices, donar órganos es salvar vidas.
Con la diálisis era muy difícil para ella y para todos, porque la familia sufre cada día por su familiar dializado, una persona trasplantada es una luz en medio de la oscuridad que hace que la familia vuelva a creer y a tener esperanza que ese familiar tenga un estilo de vida mejor, saludable, feliz, porque cuando alguien te dona, te da un pedacito de su ser
Estamos agradecidos con los médicos especializados que con mucho amor ayudan a sobrellevar esta vida de trasplantada”, comentó.
Lenta recuperación
La gente está volviendo a anotarse, lentamente, ya hay 126 esperando córneas, 5 por hígados, 6 por corazones, cuenta Melgarejo sobre la lista de eventuales receptores del Inat.
“Necesitamos que el trasplante sea priorizado porque se entiende que por la pandemia los hospitales trasplantadores se volvieron centros de referencia para Covid, lo que dificulta el procedimiento por los requerimientos que demanda este tipo de cirugía. Hay hospitales que suspendieron porque había muchos contagios pero la llegada de las vacunas puede mejorar el acceso, porque por la pandemia muchos pacientes no fueron al hospital no pudieron terminar sus estudios”, expuso.
Recordó también que el Inat “no tuvo desabastecimiento porque hicimos compras paralelas a nivel local e internacional, y así podemos proveer gratuitamente la inmunosupresión que significan unos 4 a 6 millones por paciente. Esto nos hace sentir bien, este esfuerzo tiene sus premio si es que más gente accede”, indicó.
Agradeció especialmente a sus colegas del Hospital Garraham de Buenos Aires, Argentina, “por lo que hicieron por niños sin ningún tipo de condicionamientos.
Expuso luego sobre la importancia de ir fortaleciendo presupuestariamente estos sistemas porque las operaciones son onerosas, un trasplante de médula tiene un costo de 200 mil dólares, conseguir un órgano compatible a nivel internacional puede costar entre 10 y 40 mil dólares, comentó.
Víctor Guarié tiene 52 años y fue trasplantado de corazón: “La importancia lo valioso y lo milagroso de una donación de órganos que produce en una familia, es volver a dar vida a una persona y por intermedio de esa persona a toda una familia que disfruta de la vida. Doy gracias a Dios por este “Ángel donante” y por todos los profesionales que hicieron posible el trasplante de corazón realizado en mi persona aquel 27 de marzo del 2019 gracias al equipo del Hospital San Jorge”.
Lo hace más claro Alberto López: “Puedo contar que al poco tiempo tuve la oportunidad de participar de una correcaminata de 5 Km por la donación de órganos “Se un héroe” y participé de otra “Mi corazón corre” y fue increíble. Jamás creí que podía pasar por eso, me sentí súper bien, corrimos de a dos, mi ángel donante y yo”.
Artículo original publicado en La Nación, de Asunción; y en La Página de Aguará
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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