Ignacio Díaz – América XXI

La dura situación económica y social que atraviesa la mayoría de la población argentina se manifiesta en todos los índices socioeconómicos, especialmente desde el año pasado. Sin embargo, siempre surgen nuevos datos que muestran otras consecuencias del programa económico que lleva adelante el gobierno nacional.

El fenomenal recorte del poder adquisitivo que vienen sufriendo los ingresos de los trabajadores en Argentina provocó un fuerte aumento de la pobreza entre las personas que tienen empleos pero no perciben los ingresos mínimos suficientes.

El último dato oficial de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec develó que en un año el número de trabajadores activos en situación de pobreza aumentó un 7% y llegó a 4.530.000 personas. Esto significa que hay 1.225.000 nuevos empleados pobres en el país.

Ahora una de cada cuatro personas que trabaja (24,5%) no alcanza a cubrir el costo de una canasta básica de productos. Y entre los que perciben un salario mensual, el 22,4% tiene ingresos por debajo de la línea de pobreza.

Si a los trabajadores pobres se le suman los desocupados urbanos y sus familias, hay casi 14 millones de pobres en el país.

Además, entre mayo de 2018 y mayo de 2019, según el Ministerio de Producción se perdieron 240 mil puestos de trabajo formales.

En cuanto al índice de pobreza nacional, alcanzó al 32% de la población en 2018 y se estima que a partir de los datos oficiales fue de entre 34 y 35% en el primer semestre de este año, aunque el número será publicado recién el 30 de septiembre.

Estos datos indicarían que durante el gobierno de Mauricio Macri la cantidad de personas pobres aumentó de 12 a 16 millones (un 33%) en casi cuatro años.

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