«Si estamos aquí es gracias a la conciencia brasileña»
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo en su discurso de investidura que la elección tuvo como «gran victoriosa» la supervivencia de la democracia y que ahora se trata de dar un mensaje de «reconstrucción», unir al país y recuperar su capacidad productiva.
Lula da Silva, quien ya gobernó el país entre 2003 y 2010, asumió la tarde de este domingo un tercer mandato presidencial de cuatro años.
«Hoy, nuestro mensaje a Brasil es de esperanza y reconstrucción. El gran edificio de derechos, soberanía y desarrollo que esta nación ha construido desde 1988 ha sido sistemáticamente demolido en los últimos años. Es a reconstruir este edificio de derechos y valores nacionales que dirigiremos todos nuestros esfuerzos», dijo.
Lula lloró ante la multitud que desbordó Brasilia cuando habló de la desigualdad, luego de recibir esta tarde la banda presidencial de manos de una mujer negra y rodeado por representantes del pueblo, ante la negativa del mandatario saliente, Jair Bolsonaro, de hacer el traspaso del mando, y apuntó a la reconciliación social cuando prometió «gobernar para 215 millones».
En su pronunciamiento a la nación agradeció al pueblo brasileño «el voto de confianza que recibimos», contra la «campaña de mentiras y odio urdida para manipular».
«A pesar de todo, prevaleció la decisión de las urnas, gracias a un sistema electoral reconocido internacionalmente por su eficacia en la captación y el recuento de los votos. La valiente actitud del Poder Judicial, especialmente del Tribunal Superior Electoral, fue fundamental para hacer prevalecer la verdad de las urnas», subrayó.
«Renuevo mi juramento de fidelidad a la Constitución, junto con el vicepresidente y los ministros que trabajarán con nosotros. Si estamos hoy aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que hemos formado a lo largo de esta campaña histórica», agregó.
El mandatario brasileño recordó su primer discurso de investidura en 2003, en que puso a la lucha contra el hambre como una de las prioridades de su primer gobierno.
«Tener que repetir hoy este compromiso ante el avance de la miseria y el retorno del hambre que habíamos superado, es el síntoma más grave de la devastación que se impuso al país en los últimos años», afirmó.
A pesar de las críticas a su antecesor Jair Bolsonaro, el presidente afirmó que no adoptaría un «talante revanchista».
«No cargamos ningún ánimo de venganza contra quienes intentaron someter a la nación a sus designios personales e ideológicos, pero garantizaremos el estado de derecho. Los que se equivocaron responderán por sus errores, con amplios derechos de defensa, dentro del debido proceso», dijo.
Al mismo tiempo, Lula da Silva se refirió en su discurso a la responsabilidad por los actos de «terror y violencia» en la sociedad brasileña.
«El mandato que recibimos, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio, responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y la violencia, responderemos con la ley y sus más duras consecuencias», enfatizó.
En su discurso también hizo hincapié en que fue elegido con el apoyo de un «frente democrático» para «impedir el retorno del autoritarismo al país».
Luego de repasar los principales temas para su gestión gubernamental, el mandatario concluyó su discurso con una celebración de la democracia y del pueblo brasileño.
«Mi misión más importante a partir de hoy será honrar la confianza recibida y responder a las esperanzas de un pueblo sufrido que nunca ha perdido la fe en el futuro ni en su capacidad para superar los retos. Con la fuerza del pueblo y las bendiciones de Dios, reconstruiremos este país», dijo.
(Con información de la agencia Xinhua)
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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