Mientras el Gobierno Bolivariano del Presidente Nicolás Maduro, combate a pecho abierto los continuados ataques de la derecha más criminal y atrasada que jamás haya conocido el mundo; la oposición a la Revolución Bolivariana dentro y fuera del país, hace galas de su incapacidad discursiva, concreción programática y desamor a la patria.

Así atascada en sus contradicciones, esa escurridiza derecha presuntamente social demócrata, activamente neoliberal y radicalmente yanqui, al no conseguir alivio para sus patéticas angustias, acude a los viejos relatos maniqueos de la lucha entre el bien y el mal y sus consignas de “invocación a la libertad de Superman” con las cuales en el pasado recogían las sobras del festín de los poderosos, para solazar su hambre de fama, fortuna y poder individual.

Ante esos tétricos adversarios oposicionistas, multiformes y sin rumbo, el gobierno del Presidente Maduro no solo ha ganado legitimidad política e institucional, sino que, ningún sector opositor, hoy puede negar que su liderazgo como Jefe de Estado y Gobierno en la República.

De allí que, nadie sensato en el mundo, desconoce los altos niveles de conciencia que para desgracia de los detractores de la paz, se fraguan entre el pueblo organizado y el gobierno bolivariano.

Ni siquiera la derecha más recalcitrante de los decadentes imperios occidentales (EE.UU, U.E y el Reino Unido) lo hacen, todo lo contrario, ante el rigor de las pruebas tangibles del fracaso oposicionista, han tenido que reconocer la sabia conducción política del Presidente Obrero en estos tiempos de guerra inusual y extraordinaria contra el pueblo.

Ahora bien, este 1ero de Mayo, gracias a la pandemia, no vimos grandes marchas en las calles, pero contra todo pronóstico, los trabajadores en Venezuela ratificaron su aguerrida voluntad de seguir luchando; de no dejarse arrebatar los sueños y continuar combatiendo contra las condiciones económicas impuestas por el imperio y los arrastrados oportunistas criollos mandatados por ellos.

En ese orden de ideas, es importante destacar que este día de los trabajadores, quedó muy claro las condiciones económicas en las que estamos inmersos.

Además que los trabajadores no desconocen las causas de nuestra situación económica y menos aún, imputan al gobierno las consecuencias del plan macabro, con el que se ha querido derrocar las esperanzas y volver a la vieja democracia representativa.

Asimismo, las y los trabajadores demostraron que están conscientes, que las políticas de protección a través de los bonos y la regulación de los precios por servicio público, agua, luz, teléfono junto a las Misiones, sin duda coadyuvan en la resistencia y sobrevivencia del pueblo.

Tal como lo dijo el Comandante Eterno, “Bastante pueblo hay aquí” y “bastante guáramo también” para afrontar lo que tenga que enfrentarse y seguir luchando contra el chantaje y la hipocresía de los serviles imperiales y sus dogmas recalcitrantes.

…Los Revolucionarios, Socialistas, Bolivarianos y Chavistas no niegan las necesidades de la población; las insuficiencias salariales, las precarias condiciones económicas en las que estamos inmersos, todo lo contrario, las denuncian con la claridad que deviene de la dinámica social concreta de un pueblo que resiste y sabe con certeza, quienes son los responsables directo de esta crisis inducida y sus desgracias…

Ahora bien, más allá de toda duda, es evidente que los altos niveles de organización del poder popular, son un arma letal contra los dogmáticos devotos de la economía de propiedad privada, la mal concebida libre empresa parasita del erario público y los especuladores, mercachifles y demás especímenes de la vorágine del mercado liberal burgués y el “libre mercado”, que en detrimento de los esfuerzos públicos colectivos, centran sus ambiciones en la explotación de las nefastas condiciones económicas por ellos auspiciadas y en muchos casos propiciadas.

Estamos en batalla y queda mucho camino por andar, pero cierto es que los pueblo en su esencia tienen el poder de hacer su historia y cuando están alineado con sus objetivos, logran superar cualquier barrera que las vorágines de los gobiernos occidentales quieran imponer.

En palabras de Noam Chomsky (2020) en su libro Internacionalismo o Extinción: “Las crisis que enfrentamos en este momento único de la historia de la humanidad son, por supuesto, internacionales. La catástrofe ambiental, la guerra nuclear y la pandemia que no distinguen fronteras” p.37. De allí el malestar de los imperios, su decadencia y los consecuentes ataques contra los pueblo empeñados en conducir su destino.

Queda claro que América Latina en general y Venezuela en particular, son un crisol para la concreción de la Utopía posible por la libertad.

Estamos en una Revolución soñada y práctica que lejos de todo dogma se presenta como alternativa ante un mundo signado por la voracidad de sus depredadores.

(Foto: Luis Zulueta, desde Caracas)

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