Un semillero de la música popular latinoamericana
05 diciembre, 2016
category: EDICIONES IMPRESAS
La escuela de Avellaneda es pionera en su rubro
Formar nuevos exponentes del tango, jazz y folclore. Con ese objetivo nació hace 20 años una institución que ya es internacional.
La Escuela de Música Popular de Avellaneda es única en su tipo en Argentina y América Latina. Tuvo su origen en 1986, cuando se creó una comisión destinada a dar a luz un proyecto que constituiría un intento de institucionalizar la formación de músicos populares en tango, jazz y folclore. La formulación de los contenidos de folclore estuvo a cargo del músico Manolo Juárez, los de tango fueron coordinados por Horacio Salgán, los de jazz por Hugo Pierre y el plan de estudios fue elaborado por Gustavo Molina.
Entre los objetivos fundacionales estaba el de “formar músicos capaces de crear y transmitir el sentir de nuestro pueblo, generando para ello hábitos de estudio en ámbitos que hasta ahora han sido abordados intuitivamente”. Una de las carreras instrumentales era la del bandoneón, cuyo plan de estudios tenía como responsables a los maestros Rodolfo Mederos y Daniel Binelli.
Fue un año después, en 1987, cuando se dictó la resolución que creó oficialmente la institución con el nombre de Primera Escuela Argentina de Música Popular, en la localidad bonaerense de Avellaneda. En esa escuela se recibieron los primeros maestros del país y del continente especializados en música popular.
Tres años más tarde, en 1990, comenzó a funcionar el Centro de Medios Múltiples (fonoteca, biblioteca, instrumentos y equipos de sonido, material didáctico en general), se dio inicio a la edición de cuadernillos que incluían material didáctico y arreglos inéditos creados desde la fundación de la escuela con revisiones y actualizaciones permanentes año tras año y se creó el Consejo de la institución, en el que participaban todos los sectores de la comunidad educativa.
Con un ciclo de recitales de alumnos y profesores en el Auditorio de la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE) comenzaron las presentaciones de grupos musicales de la escuela, que posteriormente se multiplicaron en eventos de diferente magnitud, y que derivaron en el ciclo “Viernes en la Escuela”. Este ciclo contó con la desinteresada colaboración de músicos invitados de primer nivel y a través de la participación de alumnos y docentes generó un ámbito de práctica y de intercambio profesional fundamental para la experiencia de los estudiantes. En 1993 se inició de manera experimental el Ciclo Básico de Canto.
Gracias al crecimiento de la escuela, en 2014 se llevó a cabo el primer congreso de música popular y este año se realizó el segundo.
Presente
En la actualidad, según informan sus directores, la institución cuenta dentro de su alumnado con jóvenes provenientes de diversos países (Chile, Perú, México, Uruguay, Colombia, Holanda, Alemania) y del interior de Argentina, hecho que pone en evidencia el alto y específico nivel académico de sus docentes, estrechamente relacionado con los objetivos institucionales de la escuela.
“Es una institución oficial de nivel terciario dependiente de la Dirección de Educación Artística de la Provincia de Buenos Aires, cuya población estudiantil está conformada por adolescentes y adultos, siendo el propósito fundamental de aquellos acercarse a nuestra escuela para apropiarse de los rudimentos técnicos de la música popular, específicamente del tango, del jazz y del folclore, así como también acceder a la carrera de formación docente de grado, que los prepara para ejercer en los niveles de primario y secundario”, explican sus directivos.
La escuela cuenta con un ciclo básico cuyo objetivo es brindarle a los alumnos una formación técnico musical que hace al conocimiento teórico práctico del lenguaje musical. Su abordaje se realiza sin establecer barreras entre lo académico tradicional y lo popular, trabajándose este último aspecto sobre los tres géneros desarrollados en la escuela. El ir transitando los géneros a través de los tres niveles del ciclo permite que los estudiantes puedan ir escogiendo uno de ellos como el principal o el único al continuar sus estudios en el ciclo medio de la carrera de instrumentista de música popular, o bien ingresar a la carrera de formación docente.
La relación con la comunidad también está entre los pilares constitutivos de la escuela, por eso su extensión cultural es muy rica y variada. Este año se llevó a cabo un congreso pedagógico, del que participaron docentes y alumnos y la ciudadanía en general.
Edificio propio
El 2 de abril de 2007, la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires llamó a concurso de precios para la construcción de la nueva sede de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. El proyecto más serio de construcción llegaba tras dos intentos frustrados en 2000 y 2004.
Firmado por el entonces gobernador Felipe Solá, el proyecto demandaría dos años de trabajo, pero en 2011 todavía no se había empezado la obra. Tras varias movilizaciones de alumnos, docentes y la comunidad en su conjunto, el gobierno de la provincia de Buenos Aires volvió a anunciar la obra y la licitación.
Finalmente, el 8 de octubre de 2015 se hizo la presentación del edificio nuevo, gracias a una lucha de 29 años de la comunidad educativa y las gestiones del centro de estudiantes. “Este momento histórico representa el cumplimiento de un sueño largamente anhelado y merecido por esta institución modelo de una nueva educación, por ser pionera en la educación en música popular en Latinoamérica, y el logro de la lucha de todos los que participaron activamente de este proyecto desde su comienzo, hace 29 años, hasta el día de hoy, que fue el sueño de muchos y el logro de todos”, escribió en ese momento el director Pablo Freyre en el sitio web de la escuela.
Entre los egresados de este semillero de la música popular argentina y latinoamericana se cuentan grupos como Arbolito, La Siniestra o La Biyuya, la Fernández Fierro, Máquina Tanguera y solistas como Oscar Pittana, Patricio Bonfiglio, Andrés Serafini, Nicolás Porley y Paulina Fain.