Unos 60 muertos en el primer mes de paro en Colombia
Lo que comenzó en Colombia como un paro nacional contra la reforma tributaria del Gobierno se transformó en una de las luchas populares más importantes de la historia reciente del país y de las más relevantes de Sudamérica en lo que va de este siglo.
La represión policial a aquella jornada del 28 de abril y la soberbia del presidente Iván Duque para atender la demanda social, extendieron las movilizaciones, los días de paro, las marchas y las denuncias.
La muertes, la militarización de la protesta -carta favorita del uribismo-, la negación de los abusos policiales y la estigmatización de los marchantes empeoraron la situación a pasos agigantados.
Para cuando el gobierno retrocedió con su proyecto de reforma tributaria y en otras iniciativas antipopulares, aún pese a la renuncia de varios ministros, la dinámica del conflicto se volvió irrefrenable.
Todo esto, resumido en apenas tres párrafos, dejó al cabo de un mes unos 60 muertos, la mayoría a manos de la policía, los militares y los grupos paramilitares.
Se reportaron, también, más de 700 heridos, casi medio centenar de ellos con lesiones oculares; se denunciaron casi 40 casos de agresiones sexuales cometidas por integrantes de las fuerzas de seguridad del Estado.
También hubo pérdidas millonarias en dólares por los bloqueos de rutas, aunque este último punto también es atribuible a la impericia del Gobierno frente a la magnitud de la protesta.
Pese al cerco informativo y bloqueo de redes sociales denunciadas por grupos de derechos humanos, las cifras relevadas por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la paz (Indepaz) son las siguientes:
Al menos 60 personas fueron asesinadas durante las manifestaciones entre el 28 de abril, fecha de inicio de la protesta y el 26 de mayo.
Al menos 43 de estos 60 crímenes registrados fueron con presunta autoría de la Fuerza Pública, a la que también se responsabiliza por 46 personas víctimas de heridas oculares, una metodología observada en otros conflictos.
La ONG defensora de los Derechos humanos recuerda que las lesiones oculares fueron parte de la represión en el estallido social iniciado en Chile en octubre de 2019.
Esto evidencia que no se trata de daños colaterales del control de la violencia en la protesta, sino un «modus operandi» de las fuerzas de seguridad en algunos países de la región.
La organización también denuncia 22 agresiones sexuales contra manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad y dos miembros de esa fuerza pública asesinados.
Paralelamente, la campaña «Defender la libertad: asunto de tod@s», que reúne organizaciones sociales, estudiantiles, culturales, comunales y de derechos humanos registró 715 personas heridas.
Se les atribuye estos casos al «accionar desproporcionado de la Policía Nacional y en particular por el Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD».
El grupo denuncia asimismo que 95 personas defensoras de DDHH fueron agredidas en las movilizaciones, bajo diversas modalidades como amenazas, golpes, detenciones y señalamientos.
Al menos 1.645 personas fueron detenidas, muchas de ellas de manera arbitraria, generalizada, indiscriminada y sin justa causa la figura del traslado por protección, siendo sometidas a tortura y/o tratos crueles e inhumanos.
También denuncian 12 allanamientos, de los cuales al menos ocho fueron declarados ilegales, incluyendo las capturas asociadas.
Según la Defensoría del Pueblo, al cumplirse un mes hay un registro de 89 personas desaparecidas en medio del Paro Nacional.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
En este enlace, los oportunos y esclarecedores aportes desde Bogotá, de Maureén Maya.
Aquí, los envíos, previos al paro y durante la protesta, desde Cali, de Fernando Alexis Jimenez.
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