Se acerca el 21-N en Venezuela (las elecciones regionales) y las oposiciones muestran su desfachatez, falta de discurso, compromiso de patria y desvergüenza política.

Ellos, los mismos que se fueron al autoexilio, robaron los bienes y dineros del país en el exterior, apoyaron las criminales sanciones, destrozaron nuestros salarios, engañaron a nuestros hijos seduciéndolos con emigrar a los infiernos; ahora, vuelven al país, y sin mediar siquiera una disculpa, declaran libremente por los medios, se presentan como candidatos y lo peor, tocan tu puerta y te piden el voto.

Sin embargo, es justo decir que una parte de las oposiciones, recientemente decidió romper con el sector más recalcitrante de las derechas y reconocer al Estado y al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, lo que le ha permitido, construir una fachada presuntamente democrática y civilizada, con la cual logró 20 escaños en la AN y dos participaciones en la directiva del C.N.E.

Pero también es necesario decir con claridad, que ellos son cómplices de las afrentas contra el pueblo, pues no fue sino hasta que los dejaron fuera de la repartición del botín, que marcaron diferencia y abrieron tienda aparte.

A esas oposiciones hay que gritarle al oído: “Tarde Piaste Pajarito”, porque aquí quien manda es Chávez y un pueblo valiente que con resistencia y trabajo les ha derrotado en todas sus patrañas y en todas las contiendas electorales.

Ahora bien, más allá de la batalla electoral y los descaros patéticos de las oposiciones y sus vicios, es importante destacar, los triunfos de la Revolución, ante las infamias de las derechas internacionales y los organismos multilaterales controlados por ellos.

En ese sentido, resalta la decisión de la  Unión Europea de enviar una delegación de observadores electorales para las megas elecciones del 21-N. Al parecer de pronto, los reinados y gobiernos ultraderechistas allí concentrados, mayoritariamente entendieron que en Venezuela hay una democracia verdadera, que no le teme al poder popular, que esta encarnada en cada mujer y hombre que habita esas tierras y que decidido marchar en la senda de la construcción del socialismo bolivariano y chavista  donde  los conflictos se resuelven con la participación del pueblo y donde las mayorías ejercen el poder.

Tal como lo dijo el Presidente Nicolás Maduro ante la Asamblea de la ONU: “En Venezuela los Revolucionarios Somos de Verdad” y nos mueve un sentimiento fraterno y comprometido con el desarrollo de la humanidad. De allí que, las ultra derechas sentadas en la mesa de México ante el descalabro de todas sus maléficas maniobras contra la patria, no tenga otra alternativas, que bajar la cabeza e intentar engañar a su militancia, sosteniendo por los medios y redes de costumbre, las mismas patrañas discursivas con las que los envenenaron.

En base a lo anterior, destaca en el discurso-praxis del Presidente Maduro, su insistencia por alcanzar con el diálogo y el entendimiento los objetivos programáticos planteados en la Constitución Nacional  de 1999 y en el Plan de la Patria. Situación que sumada a los avances en pro de lo expresado en su discurso ante el mundo, demuestra que en Venezuela, está naciendo una alternativa frente al capitalismo y sus derivados, respetuosa de la libertad, protectora de las democracias participativa y protagónica y consustanciada con el desarrollo de un  multilateralismo sustancial y profundo en pro de la humanidad.

Hoy, Venezuela brilla por su afán de libertad, solidaridad, complementariedad  y respeto a la autodeterminación, en ese orden, las Megaelecciones del 21-N se constituyen en una  prueba tangible, de la robustez de la democracia participativa y democrática que es esencia de la Revolución Bolivariana.

Únete a América XXI