«Vengo del Perú silenciado, gobernaré con el pueblo»
«La historia del Perú silenciado es también mi historia», dijo al asumir el presidente de Perú, Pedro Castillo, quien ratificó su impulso para que el país tenga una nueva Constitución y prometió «gobernar con el pueblo y por el pueblo».
Apenas juró este miércoles en el Congreso Nacional para su mandato por los próximos cinco años, Castillo recordó su pasado como niño de una escuela rural y aseguró que, desde hoy, el país «será gobernado por un campesino».
Allí reafirmó que uno de los ejes de su Gobierno será el envío al Congreso de un proyecto de ley para reformar la Constitución a través de la creación de una una asamblea constituyente.
Adelantó que esa asamblea, cuya convocatoria deberá ser aprobada por la Legislatura donde el oficialismo no cuenta con mayoría propia, deberá redactar el texto que luego deberá ser aprobado en un referendo popular.
«Todos saben que una de nuestras principales banderas políticas es la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Insistiremos en esto pero siempre en el marco de la ley y la actual Constitución», señaló.
Aseguró que la Asamblea Constituyente tendrá una composición con paridad de género y representatividad para los pueblos originarios, gremios, organizaciones populares y movimientos sociales.
Castillo adelantó, en este sentido, que buscará «una nueva constitución política que permita adaptar los cambios actuales» y «garantizar los ingresos del Estado nacional».
«Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución», dijo Castillo, cuando la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, le tomó el juramento y le colocó la banda presidencial.
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El flamante mandatario prometió un «cambio responsable», con respeto a la propiedad privada y a los avances logrados en los últimos años, y adelantó que habrá «un golpe de inversión pública» en las zonas rurales y más pobres.
Afirmó que es «totalmente falso» que su Gobierno vaya a incurrir en expropiaciones o estatizaciones, como afirma la derecha para generar malestar, y advirtió que buscará que «las grandes empresas no estafen al fisco».
Prometió que el Estado peruano asumirá un rol fiscalizador en «la defensa del ambiente y los derechos de los consumidores».
«Un Gobierno del pueblo ha llegado para gobernar con el pueblo y por el pueblo. No los defraudaré», afirmó el docente, militante sindical de izquierda, de 51 años.
«Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino, una persona que pertenece como muchos de los peruanos a los sectores oprimidos por tantos siglos y de un maestro rural para presidir la República», afirmó.
Castillo recordó su niñez y agregó: «Yo soy el niño que un día estudió en la escuela rural 10465 de (el caserío de) Puña», ubicado en el distrito de Tacabamba, provincia de Chota, en la región andina de Cajamarca.
Se comprometió a seguir en la lucha contra la epidemia de Covid-19 y prometió un sistema que permita «acercar la salud a la población», con fuerte incremento en la cobertura de seguro y en el equipamiento de los centros médicos.
Sostuvo que la pandemia demostró que las críticas que se hacían al sistema liberal “no solo eran justas, sino además legítimas”, y se comprometió a «construir un país en el que las riquezas se distribuyan de manera más equitativa entre los ciudadanos».
El flamante presidente de Perú adelantó propuestas concretas de desarrollo de infraestructura, incluso con las actuales partidas presupuestarias que destinará.
«Impulsaremos un golpe de inversión pública», prometió y destacó «ayuda directa a familias vulnerables» y la construcción de infraestructura y saneamiento rural en los municipios.
Ciencia y Culturas
También anunció que creará un Ministerio de Ciencia y Tecnología para que el país «sume más valor agregado» a su producción, y prometió políticas para enfrentar la violencia sexual contra las mujeres en la sociedad peruana.
También adelantó un cambio profundo en materia de culturas, en el camino para «romper con los símbolos coloniales», motivo por el cual afirmó que el Ministerio de Cultura pasará a ser Ministerio de Culturas.
«Este es un país diverso», recordó Castillo, y anunció que esta última cartera trasladará su sede al actual Palacio de Gobierno, ya que él no gobernará desde la Casa de Pizarro, sede del Ejecutivo que lleva el nombre del colonizador.
«No gobernaré desde la Casa de Pizarro, porque tenemos que romper con los símbolos coloniales, para acabar con las ataduras de la dominación que se han mantenido por tantos años», indicó.
«Cederemos este palacio al nuevo Ministerio de las Culturas para que sea usado como un museo que muestre nuestra historia desde sus orígenes hasta la actualidad», aseveró.
En cuanto al combate contra la corrupción, destacó que no es aceptable que solo los dirigentes políticos vayan presos, mientras que los empresarios señalados o sospechados quedan libres.
Los actos oficiales de este miércoles coinciden con el Bicentenario de la proclamación de la independencia de Perú por parte del Libertador José de San Martín.
A la investidura asistieron como invitados el rey Felipe de España, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera, y Ecuador, Guillermo Lasso, y el expresidente boliviano Evo Morales.
Castillo, quien tiene su gran base de respaldo popular en los Andes de Perú, repetirá este jueves su juramento en forma simbólica en la zona de Ayacucho en que se libró la célebre batalla definitiva en diciembre de 1824.
También en Ayacucho jurará en el cargo este jueves el presidente del Consejo de Ministros, mientras que recién al día siguiente, de vuelta en Lima, harán lo propios los ministros del gabinete.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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