Cinco reflexiones luego del G20 – Por Ignacio Díaz
02 diciembre, 2018
category: FORO DEBATE
1. Balance negativo. El Grupo de los 20 (G20) fue relanzado en Washington en 2008, como intento de respuesta a la crisis económica internacional que comenzó a explotar un año antes. Diez años después de aquella cumbre, el G20 no ha sido capaz de dar respuesta a ninguno de los grandes problemas que se dio a la tarea de resolver.
Sin cambios en el sistema financiero internacional ni acuerdos serios para dar respuesta al cambio climático, el G20 llegó a la cumbre de Buenos Aires con el único objetivo de poder publicar un documento conjunto. La meta planteada muestra por sí misma la incapacidad de este esquema para dar respuestas a los principales problemas de la humanidad. VER: RESUMEN DEL DOCUMENTO FINAL
2. Cambio de foco. Frente a esta realidad, las reuniones bilaterales, así como detalles protocolares y comportamientos individuales, tomaron un rol central en la cobertura. Ninguno de los temas abordados por el G20 fue realmente discutido en los medios de comunicación ni analizado en profundidad por los participantes. Banalidades como la recepción del presidente Macron en el aeropuerto de Ezeiza o un saludo efusivo entre Putin y el príncipe saudí ocuparon grandes espacios en la cobertura mediática.
Párrafo aparte merece el comportamiento de Donald Trump, que no participó de la reunión privada previa al inicio formal de la cumbre, llegó último y horas antes tiró al piso el equipo de audio mediante el cual recibía la traducción durante su reunión bilateral con Macri.
3. Unilateralismo en la Casa Blanca. El comportamiento de Trump es análogo al de Estados Unidos en los organismos internacionales. Prepotente, amenazante y constantemente buscando mostrar superioridad, Trump reproduce en sus formas el rechazo de su país al multilateralismo.
Washington no abandona su pretensión de ser el eje ordenador mundial ni se preocupa por ubicarse dentro del marco normativo del derecho internacional. Rompe acuerdos multilaterales, aplica sanciones unilaterales y desde la llegada de Trump al poder desprecia todas las cumbres internacionales.
Que el G20 tenga que estar pendiente de que el mandatario estadounidense no se vaya antes o rompa los acuerdos a último momento y no permita publicar siquiera un documento, obliga a preguntarse sobre la utilidad de estas cumbres con presencia estadounidense.
4. China y el multilateralismo. Frente a este intento de Washington de continuar imponiendo las normas internacionales, China sigue ganando espacio y lo hace dentro del multilateralismo. Ahora el Partido Comunista de China se presenta como el máximo defensor del libre comercio mundial y Xi Jinping ocupa espacios dejados por Estados Unidos bajo el gobierno de Trump.
Casi nadie reparó en la reunión del Brics, bloque que comparten China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica, en la que estos países reivindicaron el multilateralismo y comunicaron tener una postura común para la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El encuentro de los cinco presidentes fue un mensaje en sí mismo al interior del G20.
5. Conflicto China-USA. En la previa de la cumbre, la reunión entre Xi Jinping y Donald Trump fue el centro de la atención mundial, mientras los acuerdos que pudiera alcanzar el G20 no generaban ninguna expectativa. El enfrentamiento de Washington y Pekín además de generar grandes tensiones económicas también atraviesa al resto de los países.
Un ejemplo se vio el viernes a la mañana. El intento estadounidense de comunicar que Trump y Macri habían planteado en su reunión bilateral la necesidad de enfrentar el avance económico “depredador” de China en América Latina no surtió efecto. El presidente argentino rechazó los dichos y el Gobierno preparó la reunión bilateral con Xi Jinping como la más importante de todas por el monto de los acuerdos y préstamos que están sobre la mesa. VER: BUSCAN CONFRONTAR A CHINA Y ARGENTINA
Algo similar le ocurre a Estados Unidos con muchos países. Allí donde ganan elecciones gobiernos de los que se espera un alineamiento con la Casa Blanca, China logra mantener su influencia, no retrocede y alcanza excelentes relaciones con los nuevos mandatarios.
Esto también puede aplicarse a la confrontación Rusia-Estados Unidos. Aliados cruciales como Turquía y Arabia Saudita aumentan sus vínculos bilaterales con el gobierno de Vladimir Putin y lo exponen públicamente.