Guerrerismo colombiano se apropia de marcha por la paz
Quienes rechazaron los acuerdos de paz, quienes mantienen impunes los crímenes de la extrema derecha contra dirigentes sociales y quienes fomentan la guerra interna y con sus países vecinos, organizaron y se apropiaron de la marcha de este domingo para repudiar el atentado en una escuela de cadetes que dejó 21 muertos.
Allí estuvieron con caras de circunstancia el presidente Ivan Duque, los principales funcionarios de su gobierno y la vicepresidenta del país, la ultraconservadora Marta Lucía Ramírez, quien vestía como otros una remera con la leyenda “Yo soy policía”.
La marcha fue seguida por miles de ciudadanos que salieron a las calles de Colombia para gritar “No al terrorismo” y apoyar a la Policía Nacional, cuya escuela de cadetes sufrió el último jueves un atentado que dejó 21 muertos y 68 heridos.
Rodeando a Duque, la multitud gritaba “No al terrorismo”, “Yo quiero la paz” y “Yo soy policía” en el Parque Nacional de la capital, Bogotá.
“Tenemos el corazón arrugado pero también tenemos el deseo de honrar a estos héroes y honrar su memoria significa rechazar la violencia, rechazar el terrorismo y unirnos como país”, dijo Duque.
El jueves un hombre, que el gobierno sindicó como parte de la organización guerrillera Ejército de Liberación Nacional (ELN), hizo estallar un coche lleno de explosivos en una escuela de Policía de Bogotá.
Además del dolor que conmocionó a los colombianos, el atentado le sirvió al guerrerismo para romper el diálogo con el ELN y ordenar la captura de sus principales dirigentes.
Nada más contradictorio que rechazar la violencia suspendiendo negociaciones de paz. Y nada más funcional que este doloroso atentado para la extrema derecha que lideran Duque y los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana.
En la marcha, con mayor presencia de policías y militares junto a sus familiares, se leían consignas como: “No queremos más héroes caídos. Policía Nacional, Colombia está contigo”, “No al terrorismo”, “ELN asesinos”.
También se sumó el ex presidente Juan Manuel Santos, premio Nobel de la Paz por el acuerdo con las Farc que aún hoy es incumplido por el Estado colombiano y rechazado por el actual gobierno.
“Las democracias tienen que querer a sus soldados y policías, e impedir que los toquen”, dijo Uribe durante una de las marchas.
Para Duque, Uribe, Pastrana, Santos y varios más, la muerte tiene un valor determinado si se trata de policías, militares o líderes sociales.
Es un dato objetivo que lo muestran no sólo su silencio frente a las grandes masacres sino también su ausencia en las marchas, la impunidad de los crímenes y el desinterés del Estado en las investigaciones.
En 2018 la Defensoría del Pueblo de Colombia reportó 164 asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, principalmente organizados en comunas rurales.
En los últimos tres años, desde la firma de los acuerdos con las Farc en La Habana que Uribe, Duque y Pastrana rechazaron, la cifra es de al menos 423 asesinatos, con un registro que sigue en ascenso.
No son contradicciones sino líneas de una misma acción política. Oligarquía y terratenientes colombianos honran a sus militares y se olvidan del pueblo masacrado durante las últimas décadas por los paramilitares y por las propias fuerzas del Estado.
Ocultan de manera intencional que la paz es una sola, tanto en Colombia como en cualquier otro sitio del planeta. La historia reciente indica que el guerrerismo colombiano ama la violencia, las guerras y el aniquilamiento del «enemigo».
Flaco favor le harán a la memoria de los jóvenes cadetes asesinados aquellos que aman la guerra y combaten la paz como Duque, Uribe, Pastrana, Ramírez, Santos y varios más, que se apropiaron del dolor y de la marcha de este domingo.
SI LLEGASTE HASTA AQUÍ CONFÍAS EN NOSOTROS
América XXI practica hace más de 15 años un periodismo veraz y de calidad, desde y para América Latina. Sin embargo, llevar adelante esta tarea sin subordinarse a ningún poder solo puede sostenerse con el apoyo de nuestros lectores y seguidores comprometidos.
¿Nos apoyas?