Moscú acusa a Washington por los refugiados de Rukban
La situación de los refugiados sirios en el campamento de Rukban, ubicado en la frontera con Jordania, al sureste del país, es una de las más graves de la guerra siria. Olvidados por la prensa occidental, Rusia ha dado a conocer la situación que viven decenas de miles de personas en un territorio controlado por grupos armados ilegales.
Moscú exige a la comunidad internacional que se permita la evacuación de las más de 40 mil personas que padecen allí hambre y riesgo de epidemias. El último en hacerlo fue el jefe del llamado Centro ruso para la reconciliación, Víctor Kupchishin, quien denunció “la incapacidad de Estados Unidos de impedir los abusos de las formaciones armadas ilegales contra los refugiados”, así como también la del gobierno jordano y las organizaciones no gubernamentales que están en la zona. En declaraciones reproducidas por Sputnik, Kupchishin dijo que los refugiados no reciben la asistencia humanitaria necesaria.
Lo más grave es que la zona está controlada por tropas de Estados Unidos y los refugiados son rehenes de los grupos armados que controlan el lugar y no les permiten abandonarlo. Según el Ministerio de Defensa ruso, el 95% de los sirios del campo de Rukban quieren abandonarlo, y unos 35.500 quieren volver a zonas de su país controladas por el Gobierno.
Hasta ahora los poco más de 800 sirios que lograron salir del campamento desde mayo último debieron pagar 300 dólares a los grupos ilegales, dinero con el que no cuenta casi ninguna familia en ese lugar.
Siria y Rusia denuncian que estos grupos están controlados por Estados Unidos y se quedan con casi toda la ayuda humanitaria que llega al campamento. Además, las tropas estadounidenses no habilitaron la llegada de los ómnibus para evacuar a las familias.
La Organización Mundial de la Salud declaró que los refugiados están “atrapados” y viven “en condiciones deplorables”.
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