Miles de colombianos volvieron a las calles este jueves tras las masivas protestas del día anterior para insistir con el reclamo al Gobierno de Iván Duque para que retire del Congreso su proyecto de reforma tributaria.

Por la noche, además, se escucharon cacerolazos en los barrios populares, caminatas y pequeñas marchas barriales mientras en la policía reprimió con la usual vehemencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad)).

La respuesta del mandatario a semejante muestra de acción de sectores sindicales, organizaciones políticas, sociales, de derechos humanos e indígenas fue afirmar que no quitará su proyecto del Congreso.

En el medio de 48 horas de paro nacional y movilizaciones aparecieron la fuerte suba de contagios de Covid, toques de queda en varias ciudades y un pedido “urgente” desde el uribismo para militarizar las zonas de  manifestaciones.

Las 43 organizaciones nucleadas en el Comité Nacional de Paro de Colombia que participan de la medida concluyeron en un comunicado que lo ocurrido el miércoles fue «una grandiosa expresión de ciudadanía».

Rechazaron los episodios de violencia que se registraron en algunas manifestaciones y que dejaron 26 detenidos, según la policía, y una persona fallecida en Cali.

El titular de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, adelantó una nueva jornada de paro para el 19 de mayo, si la propuesta de reforma tributaria presentada por el Gobierno no ha sido retirada para entonces.

La iniciativa gubernamental propone gravar los servicios públicos, ampliar la base de contribuyentes, entre otros puntos, para recaudar unos 6.780 millones de dólares.

El motivo central de la protesta fue el rechazo al proyecto gubernamental de reforma tributaria y muchas y viejas demandas no atendidas por el presidente Iván Duque.

En su cuenta de la red Twitter, Duque pidió que se suspendan las marchas “en estos momentos críticos” y prometió ir “tras los que orquestaron estos hechos, para que les caiga todo el peso de la ley”.

Luego, en declaraciones a W Radio, alertó que “hablar de un retiro (del texto) cuando existe la posibilidad de hacer la modificación total sería generar una gran incertidumbre financiera y económica con efectos negativos».

La concentración mayor de este jueves se llevó a cabo en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá, donde confluyeron  columnas que habían salido desde cinco puntos de la capital.

Se registraban marchas también en Medellín y Bucaramanga, entre otras ciudades. Algunas zonzas, inclusive, había adelantado el horario del toque de queda para desalentar la concurrencia a las protestas.

El expresidente Álvaro Uribe pidió la entrada de manera «urgente» en las calles del país del Ejército. “Distorsiones maliciosas finalmente protegen al terrorismo. No más vandalismo», escribió.

Llegando a la medianoche (hora local), la policía avanzaba con ferocidad sobre los últimos grupos de protestas, eslabones finales de jornadas que no son las primeras y que el pueblo promete repetir.

La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)

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