«Hace 10 años éramos un puñado de soñadores, hoy somos cientos de miles»
El presidente Rafael Correa encabezó en Guayaquil una multitudinaria manifestación para recordar el 10° aniversario de la Revolución Ciudadana. Delante de decenas de miles de seguidores recordó los orígenes del movimiento Alianza País y las dificultades por las que atravesó su gobierno en esta década. También se refirió a los logros económicos y sociales y a los asuntos pendientes. «No nos podrán derrotar,aquí hay un pueblo más unido que nunca», dijo.
Sobre la situación económica, Correa anunció una previsión para 2017 de un crecimiento de 1,4 %. «Dejaremos al próximo Gobierno una economía en crecimiento y estabilizada», adelantó, en referencia al Ejecutivo que lo sucederá en las presidenciales del próximo 19 de febrero.
Señaló que a lo largo de estos 10 años debió sufrir la caída internacional del precio del petróleo, la apreciación de dólar y los efectos de desastres naturales, como el terremoto de 7,8 grados de abril de 2016, que dejó más de 600 muertos y cerca de 3.000 millones en pérdidas materiales.
Señaló que tras aquel terremoto «muchos esperaban que la economía colapsara. Pero no solo que la economía no ha colapsado, sino que ya muestra importantes, claros signos de recuperación y todo esto sin los paquetazos que, por mucho menos de lo que hemos tenido que enfrentar, nos daban cada año los partidos políticos de antaño».
Admitió que «en los últimos meses hemos enfrentado el más grave caso de corrupción que ha sufrido el Gobierno, que nos avergüenza y que hemos sido los primeros en combatir», en referencia a casos detectados en la empresa estatal de petróleo, Petroecuador,
Defendió a su gobierno como «honesto», recordó que su administración investiga a más de 80 personas en el caso de Petroecuador, pero también pidió no olvidar a los corruptos y corruptores del sector privado. Insistió con sus proyectos de mayor control sobre las grandes fortunas y los dineros en el exterior.
En ese sentido recordó que en los comicios de febrero se realizará también una consulta popular sobre su propuesta de que los funcionarios públicos tengan bienes, capitales y empresas de cualquier naturaleza en paraísos fiscales.
En su discurso de unos 45 minutos Correa también pidió a los ecuatorianos «huir de la mediocridad como de la peste». Reafirmó su idea del «buen vivir», y del «desarrollo integral» pero advirtió que «eso implica tensiones políticas».
Alentó que «la política de revolución ciudadana no puede ser gris ni ambigua». Y pidió «ser fríos o ser calientes, lo tibio repugna» y prometió que «jamás aceptaremos la paz de los sepulcros». Cerró su discurso en Guayaquil con la histórica proclama revolucionaria: «nunca lo olviden, hasta la victoria siempre».