El presidente de Argentina, Javier Milei, anunció la construcción de una base naval de Estados Unidos en el extremo sur del continente, muy cerca de Malvinas y de la Antártida, en una de las regiones del país más rica y menos explorada, con reservas de hidrocarburos y otros recursos energéticos, agua dulce, bosques y grandes extensiones de tierra.

Milei realizó una cadena nacional junto a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, en la que se interpretó el himno nacional estadounidense y donde el mandatario adelantó que ambos países avanzarán con el desarrollo de la base naval integral. «La soberanía no se defiende con aislacionismo», dijo.

Junto a Milei y Richardson estuvieron, entre otros, el embajador estadounidense en Buenos Aires, Mark Stanley, y el ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri  (foto de portada).

«El mejor recurso para defender nuestra soberanía es reforzar nuestra alianza estratégica con Estados Unidos y con todos los países que abrazan las causas de la libertad», dijo Milei.

El mandatario anunció la construcción de una base naval integrada junto a Estados Unidos. «Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco», afirmó. A menos de 400 kilómetros de allí están las Islas Malvinas usurpadas por Gran Bretaña.

Argumentó cuestiones inverosímiles como «desarrollar la economía local y brindar un servicio logístico que permita la reparación y apoyo a los cruceros que operan el Atlántico Sur, a lo programas antárticos internacionales».

Agregó que, además, la base naval «permitirá que navíos y rompehielos argentinos y de otros países del mundo puedan acceder en Ushuaia (la ciudad más austral de Argentina) a reparaciones u otros servicios antes de continuar su travesía».

Del acercamiento entre Milei (que asumió el pasado 10 de diciembre) y Estados Unidos asoman convenios para autorizar la presencia militar y financiera en el río Paraná (principal vía de exportación de Argentina, además de tráficos ilegales).

Los convenios, tanto públicos como entre las sombras, también incluyen presencia civil, militar y financiera en regiones estratégicas con importantes recursos naturales como Neuquén, en la Patagonia.

El acercamiento con Washington también incluye la llegada en mayo del portaaviones USS George Washington de la Marina de los Estados Unidos para «actividades en conjunto con la Armada Nacional», según fuentes en Buenos Aires.

El presidente de Argentina recibió también este viernes un avión Hércules c-130 donado por Estados Unidos, un par de días después de que Washington diera el visto bueno para que Milei reciba 24 aviones F-16 de origen estadounidense, actualmente en manos de Dinamarca.

Antes, el 21 de marzo, arribó a Argentina en visita no anunciada el director de la Agencia Central de Inteligencia de estados Unidos (CIA), William Burns, para sostener una serie de reuniones con altos funcionarios del Gobierno.

La visita se produce un mes después de que Milei recibiera al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

Por esos días, el gobierno autorizó a personal del Ejército estadounidense a realizar tareas en la principal ruta fluvial de exportaciones del país.

Todo esto sucede en un país con un ajuste nunca antes vivido en apenas tres meses, donde más del 60 por ciento de las personas viven bajo la línea de pobreza.

Se da, además, en medio de una anestesia social tampoco nunca vista. Algunos sectores, por ahora menores aunque en franco crecimiento, iniciaron este viernes una campaña para promover un juicio político a Milei sea por los acuerdos con Estados Unidos, por la magnitud del ajuste o por rasgos de insanía.

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Argentina en disolución – Por Luis Bilbao