Sin apoyo a Sánchez, España marcha a una nueva elección
El presidente del gobierno Pedro Sánchez dio por cerradas las negociaciones con la agrupación de izquierda Unidas Podemos.
La decisión del presidente del gobierno español y líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, de dar por cerradas las negociaciones con la agrupación de izquierda Unidas Podemos pone a España rumbo hacia nuevas elecciones ya que el jefe del Estado no cuenta con apoyo para superar la votación de su investidura, la semana próxima.
Sánchez acusó al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de haber planteado una «consulta truncada» a las bases de su partido para justificar el «no» a su investidura.
«Iglesias no se ha movido de su posición maximalista y, me cuesta verbalizarlo, pero intuimos que está usando esta consulta trucada para justificar su voto en contra a la investidura, coincidiendo con la ultraderecha», acusó Sánchez.
Podemos pidió retomar la «vía del diálogo» para evitar el escenario de repetición electoral, en el que no hay garantías de que el país salga del bloqueo político en el que se encuentra.
«Estamos tranquilos. Ojalá que no tuviéramos que ir a una investidura fallida. Nosotros le pedimos a Pedro Sánchez que retome la vía del diálogo y de la negociación», dijo Pablo Echenique, secretario del partido de izquierda.
Según la prensa española, Unidas Podemos pretende ser parte del Ejecutivo, pero Sánchez, quien ganó las elecciones de abril sin mayoría absoluta, aclaró que no aceptará «imposiciones».
El presidente del Gobierno admite que «siempre tuvo dudas sobre la incorporación de Iglesias» en el Ejecutivo por sus diferencias de fondo entre otras cosas, sobre el conflicto secesionista de Cataluña.
Unidas Podemos afirma que en España el bipartidismo llegó a su fin, y que el PSOE debe entender que sin mayoría absoluta debe pactar una coalición.
Si las negociaciones con Unidas Podemos no se reabren, Sánchez carece de apoyo y no superará las votaciones de su investidura, que se producirán el 23 y 25 de julio.
En este caso comenzará a correr un plazo de dos meses en las que podría volver a negociar para evitar que España vuelva a las urnas a principio de noviembre.
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