Caso Assange: el camino que debe recorrer la justicia
Ignacio Díaz – América XXI
Julian Assange pasó su primera noche preso en una cárcel del sureste de Londres, tras casi siete años de vivir en la embajada de Ecuador en el Reino Unido gracias al asilo político otorgado por el gobierno de Rafael Correa.
La locación del fundador de Wikileaks no fue dada oficialmente, pero fue filtrado a la prensa que Assange está en la prisión de Belmarsh. Esta cárcel es de alta seguridad y está especialmente preparada para alojar a personas que generen fuerte interés mediático.
La justicia británica ya declaró culpable a Assange por violar el régimen de libertad condicional en 2012, cuando era requerido por la justicia sueca en un caso que fue finalmente archivado en 2017. La acusación se produjo cuando el periodista australiano ingresó a la embajada ecuatoriana en Londres para evitar una posible extradición. Por ese hecho podría ser condenado hasta un año de prisión en el Reino Unido.
Sin embargo, el verdadero caso judicial que deberá enfrentar Assange es el que se inició en Estados Unidos por el delito de “piratería informática”. Washington lo acusa de hackear información confidencial en asociación con la analista de inteligencia Chelsea Manning, un delito que tiene una pena de hasta cinco años de cárcel.
Gracias a los cables filtrados del Departamento de Estado y el Ejército, se pudieron conocer crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Irak y Afganistán, entre otros hechos ilegales de gran impacto mundial. Por esta razón organismos de derechos humanos y organizaciones que defienden la libertad de expresión y los derechos de los periodistas califican la causa judicial estadounidense como una persecución política contra Assange para sentar precedente.
Cómo sigue
Este caso comenzará a ser estudiado el 2 de mayo en Gran Bretaña, cuya justicia debe analizar la demanda de extradición, que podría tener un fallo definitivo recién en 2020 o incluso en 2021.
Sin embargo, analistas judiciales coinciden en que es altamente improbable que la justicia británica le niegue a la estadounidense un pedido de extradición, mucho más en un caso de tanto interés para las autoridades en Washington.
Filtraciones cometidas por error de la Fiscalía estadounidense ya demostraron que funcionarios y asesores preparan más acusaciones contra Assange, con el objetivo de que sume los años de condena suficientes como para no salir nunca más de la cárcel. Esto contradice al derecho internacional, que prohíbe expresamente agregar cargos adicionales en un proceso de extradición, pero Estados Unidos no suele circunscribirse a las normas internacionales.
El líder de la oposición laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn, pidió públicamente al debilitado gobierno de Theresa May que no permita la extradición de Assange a Estados Unidos, pero el Ejecutivo tiene en realidad muy pocas herramientas para hacerlo.
Assange está preso en una cárcel que algunos denominan como la “Guantánamo de Gran Bretaña”, ya que tal como hace Estados Unidos con el territorio ocupado en Cuba, el Reino Unido llevó allí a presos vinculados al terrorismo yihadista.