De soldados estadounidenses a mercenarios criminales
Ignacio Díaz – América XXI
El fenómeno de la tercerización de la guerra crece sin límites a escala mundial. Quizás uno de los principales ejemplos esté en Siria. Allí, decenas de grupos de distintas siglas, compuestos por mercenarios llegados desde numerosos países distintos, combaten en una guerra de más de siete años.
Mucho menos difundida es la guerra en Yemen, el país más pobre del Golfo Pérsico, bombardeado criminalmente desde hace más de tres años por una coalición encabezada por los gobiernos de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Según la ONU, Yemen vive la peor situación humanitaria a nivel mundial. Los números son escalofriantes: tres cuartas partes de la población necesita ayuda exterior para sobrevivir; 16 millones precisan asistencia sanitaria; un cuarto de la población está desnutrida y un niño muere cada diez minutos según datos de Unicef.
Precisamente a este país -sometido a un bloqueo criminal que le impide abastecerse de alimentos, medicinas y energía- fueron enviados ex soldados estadounidenses contratados como mercenarios por la dictadura de Mohámed bin Zayed, monarca de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Un caso entre muchos
Una investigación del medio estadounidense BuzzFeed, titulada Mercenarios Estadounidenses expuso cómo ex militares ejecutaron un programa de asesinatos por encargo en Yemen.
Miembros de unidades especiales estadounidenses, con años de entrenamiento especializado, fueron contratados por una empresa privada del país para cumplir con un pedido de la monarquía de EAU. La primera misión mercenaria de los sicarios del Pentágono se ejecutó el 29 de diciembre de 2015 y desde entonces reconocidos clérigos islamistas y figuras políticas de Yemen fueron el blanco de estos crímenes.
Para EAU un blanco predilecto es la Hermandad Musulmana y sus distintos brazos en la región, a la que considera una organización terrorista financiada por Qatar, enemigo declarado de los sultanes emiratíes. Al menos 25 referentes del partido Al-Islah -de supuestos vínculos con la Hermandad Musulmana- fueron asesinados por estos mercenarios estadounidenses.
Quien fundó la empresa contratada por EUA es Abraham Golan, un contratista de seguridad húngaro-israelí que vive en Pittsburgh, Estados Unidos. “Había un programa de asesinatos por encargo en Yemen. Yo lo llevaba adelante. Lo hicimos”, declaró Golan a BuzzFeed.
Lo dijo desde su casa, sin ninguna consecuencia. Para el país que se autoproclama “defensor de los derechos humanos y valores occidentales” en el mundo, las empresas de sicarios que actúan en el exterior no violan la ley.
Esta revelación se suma a muchas otras investigaciones y no se trata de un caso aislado. La guerra mercenaria y los ejércitos privados ya son una realidad y cuentan con la complicidad de numerosos países a nivel mundial.