Régimen cívico y militar convoca a elecciones sin Evo
El MAS de Morales aceptó la "propuesta" de los golpistas impuesta en medio de represión, persecuciones y amenazas.
El régimen fascista de Bolivia promulgó este domingo el llamado a elecciones presidenciales que excluirán al presidente derrocado Evo Morales, ganador de las elecciones del 20 de cotubre y denunciado por un fraude nunca probado ni en Bolivia ni en el exterior.
La golpista autoproclamada Jeanine Áños promulgó la convocatoria a elecciones que fue votada en el Congreso con acuerdo del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales que aceptó la «institucionalidad» impuesta por el regimen en medio de represión, persecuciones, amezas y deteneciones.
A números de este domingo, en el que se cumplen dos semanas del golpe contra Evo, el saldo del golpismo es de 34 muertos, 1000 heridos, más de 1.000 detenidos, persecusiones con pruebas falsas y denuncias por terrorismo contra líderes políticos del MAS, ganador de los últimos comicios por más de 10 puntos de diferencia.
La nueva ley, que tiene la ilegalidad de haber sido impulsada por una autoproclamada presidenta en una sesión legislativa sin quorum y como parte del golpe de Estado, suspende al Tribunal Supremo Electoral y da 20 días a la Asamblea Legislativa para designar nuevos integrantes, al igual que en cada departamento del país.
La norma, que sepulta las elecciones legítimas del 20 de octubre verificadas por organismos internacionales que luego contribuyeron al golpe de Estado, señala que el nuevo tribunal electoral debe convocar a elecciones generales en un plazo máximo de 120 días y presentar un calendario electoral.
Se estima que, de esta manera, las elecciones podrían ser convocadas hasta mediados de abril próximo y que en caso de necesitarse un balotaje presidencial, este debería ser convocado a no más de 45 días de la primera vuelta.
El texto de la nueva ley electoral afirma que ni Evo Morales ni García Linera podrán presentarse como candidatos porque ya cumplieron dos mandatos consecutivos en el Poder Ejecutivo que les permite la Constitución, con lo cual se ignora un mandato de la Corte dictado el año pasado, que avaló su candidatura.
El senador masista Ciro Zabala señaló que «esta ley tiene un régimen excepcional y transitorio. Es estrictamente para la coyuntura de este momento, que tiene como obligación apaciguar el país y que podamos convivir entre bolivianos en vez de matarnos entre nosotros».
«Bendito sea Dios por este día», dijo Áñez al terminar la lectura de los artículos de la ley. Antes y después siguió atacando a Morales con denuncias de las que no presentó pruebas.
Áñez culminó su discurso con una promesa: «Llega el tiempo de la reconciliación». Fuera del Palacio de Gobierno, los pueblos indígenas y campesinos y los militantes del MAS siguen siendo perseguidos y reprimidos desde el primer día del Golpe.
El derrotado candidato presidencial opositor Carlos Mesa la calificó como «un gran augurio» el acuerdo para llamar a nuevas elecciones. Mesa fue uno de los que que, sin pruebas concretas, levantó la bandera del fraude aún antes de que se conocieran los resultados definitivos del 20 de octubre.
Tanto el MAS como Morales aceptaron la salida negociada como garantía de pacificación del país, pero el derrocado mandatario -que recibió asilo político en México- prometió un rápido retorno del Gobierno que lo tuvo como presidente constitucional hasta hace dos semanas.
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