Unidad mapuche y mayor rechazo a Piñera en Chile
El asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca en la región de La Araucanía sigue al tope de la agenda política y mediática de Chile. VER: EL CRIMEN QUE COMPROMETE A PIÑERA
Por un lado, las comunidades mapuches fortalecieron su unidad y anunciaron un calendario de un mes de protestas por este crimen cometido durante un operativo de Carabineros (policía chilena).
Lo hicieron tras un encuentro masivo en Temucuicui, del que participaron comunidades de Biobío, Los Lagos y La Araucanía. Allí construía su vivienda el comunero asesinado.
Fortalecidos ante la opinión pública tras el operativo criminal, los mapuches pusieron ahora condiciones para ir al diálogo con el Gobierno: exigen el retiro del Comando Jungla, compuesto por fuerzas de élite en La Araucanía, y las renuncias del director general de Carabineros y del ministro del Interior.
Pese a la salida de los policías que participaron del operativo y del intendente de la Región Araucanía, Luis Mayol, las comunidades indígenas se mantienen firmes y en “estado de rebeldía”.
Sobre la base de esta reunión, el próximo sábado 1 de diciembre habrá un encuentro nacional, apoyado en las manifestaciones realizadas tanto en Araucanía como en otras zonas del país contra la represión policial a los mapuches.
Números negativos
También este domingo una encuesta ampliamente difundida ubicó la aprobación del presidente Piñera en 38%, la más baja desde que empezó su gobierno. El rechazo subió a 48%, según la consultora Cadem Plaza Pública.
La aprobación de la policía chilena cayó también 28 puntos tras el asesinato del joven mapuche de 24 años: ahora es de 39%, y 55% de rechazo. Y el apoyo al gabinete de ministros es de 33%.
Los únicos ministros que no perdieron imagen son los que cuestionaron el operativo policial desde un primer momento: el de Justicia y el de Desarrollo Social.
Para el 44% de los encuestados el Gobierno es responsable de la escalada del conflicto mapuche, que también creció al otro lado de la Cordillera. Además, un 63% rechaza el despliegue policial en las zonas de disputa y un 79% apoya el diálogo como vía de solución.
Se trata nada menos que de un fuerte rechazo al discurso de mano dura del presidente Piñera, que llegó al Gobierno prometiendo orden y crecimiento económico.
Esta rápida caída en la imagen presidencial también la sufrió Bachelet al inicio de su segundo mandato, lo que demuestra una menor tolerancia de la población con las autoridades de Gobierno, que se suma al crecimiento de la abstención electoral y los votos nulos o blancos.