Estados Unidos fracasó en su intento de centrar a Irán el debate en la ONU sobre la situación en Medio Oriente y sobre la responsabilidad que pudiera caberle en la inestabilidad de la región.

El debate se dio este jueves en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el que se iba a realizar el debate trimestral sobre la situación entre Palestina e Israel, considerado el principal factor de inestabilidad en la región.

La estrategia de Washington era situar a Irán en el centro de la agenda sobre Oriente Medio tratando de sacar provecho de la presidencia que este mes ejerce sobre el Consejo de Seguridad.

“Si vamos a hablar honestamente sobre los conflictos en Oriente Medio, debemos empezar con el principal culpable: Irán y su milicia asociada Hizbulá por conspirar juntos para desestabilizar”, dijo la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley.

La mayor parte de Estados miembros en el Consejo de Seguridad desoyeron este pedido a debatir el tema iraní y, por el contrario, utilizaron su tiempo para hablar principalmente de palestinos e israelíes

Si bien el representante de Reino Unido, Matthew Rycroft, siguió parcialmente la línea estadounidense contra Irán luego condenó los nuevos anuncios de asentamientos de Israel en las tierras palestinas de Cisjordania.

Francia subrayó que “la gravedad y la dimensión simbólica” del conflicto palestino-israelí sigue constituyendo “una amenaza permanente” para la paz y seguridad en la región.

Rusia desenmascaró la estrategia de la representante de Estados Unidos al cuestionar que Washington trata de imponer en la agenda del Consejo de Seguridad sus propios “objetivos de política exterior”.

La Administración de Donald Trump repite permanentemente que Naciones Unidas está obsesionada con Israel sin reparar en la gravedad de las denuncias que la propia ONU ha hecho sobre el gobierno israelí.