Trump trae a América Latina su guerra comercial con China – Por Adrián Fernández
26 agosto, 2018
category: FORO DEBATE
Estados Unidos presiona a la región tras varias derrotas ante el gigante asiático (Foto: presidentes de China y Panamá, Xi y Varela, en noviembre de 2017)
Donald Trump reveló públicamente el impacto que acumuló esta última semana frente a la imparable ofensiva de China en América Latina. El menú incluyó amenazas públicas, extorsión, injerencia y, la semana anterior, el envío de su secretario de defensa para intentar poner orden a una derrota segura.
Tras la fuerte consolidación de China en los últimos 10 años como socio en Suramérica, ahora varios países de América Central normalizaron y/o reforzaron sus lazos con Pekín, rompieron o romperán su alianza con Taiwan (a la que Pekín considera una provincia rebelde) y acordaron nuevos convenios de cooperación.
El Salvador fue uno de los casos referidos y la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, intentó poner en caja al Gobierno de esta nación. “La receptividad del Gobierno de El Salvador a la aparente interferencia de China en la política interna de un país del Hemisferio Occidental es de gran preocupación para Estados Unidos”, dijo.
Sanders alertó que este acercamiento con China “dará lugar a una reevaluación de nuestra relación con El Salvador”. Y tendió la alarma al resto: estas acciones son “una decisión que afecta no solo a El Salvador, sino también a la salud y seguridad económica de toda la región de las Américas”.
El texto injerencista afirma que “esta decisión de los líderes del partido gobernante de El Salvador tendrá implicaciones para las próximas décadas” y fue tomada “de manera poco transparente, solo unos meses antes de que dejen el cargo”. La embajadora en El Salvador, Jean Manes, también amenazó: esto «impactará» la relación bilateral.
Pero la frase más reveladora aparece en el final del comunicado de Sanders: “en todo el mundo, los Gobiernos se están dando cuenta del hecho de que los incentivos económicos de China provocan la dependencia económica y la dominación”. La carta de Washington es vincular a China con la corrupción. La estrategia no es nueva pero luce remozada en momentos en que el capitalismo de América Latina transita su peor época.
Región que mira a Asia
Honduras siguió la misma suerte que El Salvador. La encargada de negocios de la embajada de Washington en Tegucigalpa, Heide Fulton, dijo con dudosos argumentos que el mejor socio para el país centroamericano fue y seguirá siendo Estados Unidos. “Es importante que el pueblo hondureño evalué quién ha sido y continuará siendo un socio cercano y constante en la búsqueda de un mejor futuro para este país con fuerte potencial”, dijo Fulton sobre Honduras, la segunda nación más pobre de América Latina y el Caribe. “Países que buscan establecer o ampliar relaciones con China podrían decepcionarse a largo plazo”, completó.
Las expresiones de la encargada de negocios de Washington en Honduras son una amenaza previa ya que el país centroamericano es uno de los cerca de 20 del mundo que mantienen lazos oficiales con Taiwán y no con China.
En este sentido Honduras quedó sola dentro del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) luego de que todos los demás países firmaran acuerdos con China. Costa Rica estableció relaciones con Pekín en 2007 (fue el primero de la región) pero el año pasado firmó un acuerdo por cuatro años para trabajar en “áreas prioritarias” como infraestructura, tecnología y cooperación financiera.
Un nuevo socio de China es Panamá, que en menos de un año firmó cerca de treinta acuerdos con Pekín, situación difícil de digerir para Estados Unidos que tiene en Panamá su principal socio de la región. República Dominicana estableció relaciones con China en mayo pasado.
En estos tres países –Costa Rica, Panamá y República Dominicana- hubo un amplio apoyo del empresariado y de la opinión pública como también sucedió antes con los acuerdos con Nicaragua –entre ellos el estudio chino de un canal interoceánico- y recientemente en El Salvador.
Pero hay más. Esta última semana China también se sumó como país observador del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que es parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), “con el objetivo de trabajar en iniciativas conjuntas”.
El embajador de China en Costa Rica, donde funciona la sede del IICA, Tang Heng, lo resumió así: “la agricultura es un sector de suma importancia para nosotros, y la seguridad alimentaria una de las prioridades. Necesitamos importar productos de la región y también, en lo relacionado con investigación de tecnologías para el desarrollo del agro, tenemos potencial de cooperar y lograr un progreso común».
Respuestas armadas
Mientras Trump ordenaba nuevas sanciones económicas a Irán, Rusia y Venezuela, y aplicaba aranceles a los productos chinos que eran rigurosamente devueltos por Pekín con productos estadounidenses, su secretario de Defensa, James Mattis, visitaba gobiernos amigos en Suramérica: Brasil, Argentina, Chile y Colombia (en estos dos últimos casos fue recibido por los presidentes Sebastián Piñera e Iván Duque).
No se anunciaron acuerdos pero eso fue lo de menos. Varias reuniones y pocas declaraciones confirmaron que la presencia de China en la región fue el eje central de la agenda. Y Venezuela, se sabe.
«Es muy difícil saber lo que piensan los chinos, lo que sí vemos es que están incrementando su presencia en todo el mundo”, dijo el subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Sergio de la Peña.
Como si nada en el mundo hubiese pasado en los últimos 50 años, de la Peña dijo en tono académico: “la única preocupación que nosotros tenemos con los chinos es que muchas veces hay países que se endeudan a un nivel que no es sostenible. Y cuando uno empieza a aplazar los pagos está perdiendo soberanía». Su jefe, Mattis, completó: «existen preocupaciones sobre qué diseño tiene en mente China para el hemisferio».
Mattis puso el ejemplo de la base espacial que China construyó durante el gobierno de Cristina Kirchner en la provincia de Neuquén, en la Patagonia argentina. «¿El único propósito de la estación espacial es la investigación o hay algo más? ¿Es comercial o es espionaje?», se preguntó. Ante la duda, el Pentágono comenzó a construir una “base humanitaria” en la misma provincia de Neuquén, cerca de la base espacial china, y muy cerca de Vaca Muerta, la mayor reserva no convencional de hidrocarburos de América Latina, la mima de oro del presidente Mauricio Macri y sus aliados de Estados Unidos, Gran Bretaña y Unión Europea.
En apenas una década China habrá desplazado a Estados Unidos como primera potencia económica mundial. Cuanta menor sea la hegemonía global de Washington más duro le será el camino para recuperar el terreno perdido. Aunque siempre queda el recurso de la guerra. Sólo eso explica por qué Trump envió a Suramérica a su secretario de Defensa y no una misión comercial o política. En un mundo donde no hay ni buenos ni malos sino intereses, China habla de dinero y negocios mientras Estados Unidos habla de intervenciones militares.